domingo, 18 de septiembre de 2011

Un inconciente ya inmanejable que no me deja vivir en paz.

Pasan las horas rozando la locura, preso de mi poesia. Mucho altibajo, poca llanura, soy ladron y policia. Caen las gotas sin previo aviso, viniendo del mas alla, de un inconciente ya inmanejable que no me deja vivir en paz.
De a poco oxidan esta armadura dificil de abandonar, tengo una cita conmigo que no me animo a  afrontar. Estoy tan lejos de mi que no alcanzo a ver mi esencia, pobre de vos hoja en llamas te descargo mi impaciencia.
En el jucio de los muertos frente a Osiris mi corazon romperia la balanza y sin embargo no consigo darme cuenta que fantasmas dan a luz mi desconfianza. Pero prometo a mas nadie que a mi mismo triunfar denuevo en este juego apasionado y el dia que ya no le tema a los abismos agradecer a quienes tuve siempre al lado.
No quiero cantar victoria por describir lo que siento, en mi estado tras la gloria viene un terrible momento. Y a vos cancion de ira y esperanza prometo no abandonarte, yo tambien tengo un nudo en la panza por no poder liberarte, pero al menos por ahora tu lugar es un cajon porque es falta de respeto cantarte sin emocion, y este intruso que hay en mi no te merece cantar, te merece alguien mas grande capaz de inmortalizarte.
Y en el jucio de los muertos frente a Osiris mi corazon romperia la balanza y sin embargo no consigo darme cuenta que fantasmas dan a luz mi desconfianza.
                                                                      Las pastillas del abuelo.


El jucio de Osiris es el acontecimiento mas importante para los difuntos dentro del conjunto de creencias de la mitologia egipcia. El espiritu del fallecido era guiado al tribunal de Osiris por Anubis, quien extraia magicamente el corazon del mismo, el cual representa la conciencia y moralidad y lo colocaba en uno de los platillos de una balanza. El corazon era contrapesado con la pluma de Maat, que representa la verdad y la justicia universal. Mientras, un jurado compuesto por dioses le formulaba preguntas acerca de su conducta pasada, y dependiendo de sus respuestas el corazón disminuía o aumentaba de peso. Al final del juicio Osiris dictaba su sentencia: si ésta era afirmativa por persibir un equilibrio en la balanza, su fuerza vital y fuerza anímica podrían ir a encontrarse con la momia, conformar el "fantasma" y vivir eternamente. Ahora, si el veredicto era negativo, no habia equilibrio entre el corazon y la pluma, el corazón era arrojado a la deidad devoradora de los muertos, que se situaba bajo la balanza de Osiris, quien acababa con él.
Que el corazon rompa la balanza en el jucio frente a Osiris significa que el difunto fue una persona extremadamente conciente y moral militante de sus principios ("preso de mi poesia") y que por no conseguir un equilibrio de estas caracteristicas con la verdad y justicia universal este corazon culminaria su vida sin poder vivir eternamente conformando el fantasma. El hecho de que una persona sea moral y conciente descarta la existencia de fantasmas. Sin embargo el hecho de que un "inconciente inmanejable" de a luz la desconfianza refleja una contradiccion  o ambiguedad de su esencia la cual no logra distinguir. Seres intachables que despiertan en el la desconfianza.
Aun asi promete a si mismo triunfar en el juego apasionado en el cual ya ha triunfado guiado por sus principios y al lograrlo nuevamente y ahora luchando contra el fantasma agradecer a quienes lo apoyaron en la lucha.
La ira y la esperanza son dignas de alguien conciente y moral, y el hecho de no manifestarlas mientras el fantasma de la desconfianza lo persiga muestra una lealtad y compromiso por el verdadero significado de estas y el deseo de inmortalizarlas.
                                                                                                            Anto Possi.

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